El cambio climático ya es una realidad en Europa
Los riesgos climáticos ya afectan a Europa y lo harán cada vez más, según muestra una serie de mapas publicados por la Agencia Europa de Medio Ambiente (AEMA).
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El cambio climático ya es una realidad en Europa
Los riesgos climáticos ya afectan a Europa y lo harán cada vez más, según muestra una serie de mapas publicados por la Agencia Europa de Medio Ambiente (AEMA).
Photo: Jeanne Menjoulet/Flickr (CC BY-ND 2.0)
Los efectos, que se calculan a través de distintos supuestos de emisiones de gases de efecto invernadero y de modelos climáticos, solo se pueden reducir si el aumento global de la temperatura se mantiene muy por debajo de los 2 °C, tal y como exige el Acuerdo de París.
“El cambio climático ya es una realidad y será aún más importante en el futuro, aunque sean eficaces los esfuerzos globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, afirma la AEMA. “Sin embargo, los efectos serán mucho menos graves si tienen éxito los esfuerzos para limitar las emisiones […] Cualquier escenario con mayores emisiones produciría un cambio climático considerablemente mayor”.
En concreto, los mapas de la AEMA muestran supuestos basados en sequías más intensas, inseguridad alimentaria, lluvias intensas, inundaciones repentinas, incendios forestales y aumento del nivel del mar, todos ellos interrelacionados.
A lo largo del siglo XXI, la mayor parte de Europa ha sufrido más sequías, tanto meteorológicas como hidrológicas. El mayor aumento en el futuro se prevé en el sur de Europa, “donde se incrementará la competencia entre los usuarios del agua, como el sector de la agricultura, la industria, el turismo y los hogares” y se producirán importantes pérdidas agrícolas.
De hecho, este problema está vinculado a los cambios en el sector agrícola, entre otros. Si bien la seguridad alimentaria no corre riesgo actualmente, “los efectos en cascada del cambio climático fuera de Europa pueden afectar aún más a los ingresos agrícolas y a los niveles de precios en Europa por los cambios en los patrones comerciales”, explica la AEMA. Puesto que a los ingresos de los agricultores les afectan más las políticas aplicadas, pueden protegerse, por ejemplo, adaptando las variedades de los cultivos, cambiando las fechas de siembra y mejorando el riego.
Por otro lado, las lluvias más intensas en la mayor parte de Europa a su vez aumentarán los riesgos de inundaciones. Europa Central y del Este pueden registrar aumentos de fuertes lluvias de hasta el 35 %, seguidas de Europa del Sur, con un 25 %.
En lo que respecta a incendios forestales, se registraron algunos sin precedentes en varios países de Europa, coincidiendo con las sequías y las olas de calor que batieron récords en 2017 y 2018. Se prevé un aumento en el sur de Europa de entre el 30 y el 40 %, incluso en supuestos de bajas emisiones, aunque la mejora en la prevención y la extinción de incendios efectiva pueden mitigar los efectos.
Por último, todas las regiones costeras de Europa han experimentado un incremento en el nivel absoluto del mar y la mayoría de regiones han registrado un aumento del nivel del mar con respecto a la tierra. El informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre el océano y la criósfera pronosticó un aumento del nivel del mar de entre 0,29 m y 1,10 m a lo largo del siglo XXI. Entre las áreas en peligro se encuentran las costas de Bélgica, Países Bajos, el noroeste de Alemania, Dinamarca, el sur de Suecia, el sur y el este de Francia y el noreste de Italia, incluida Venecia.
En general, el calentamiento global va a tener efectos adversos en todos los ámbitos de la sociedad europea. Por ello, es necesario dar prioridad a medidas de adaptación personalizadas a cada caso. “Para minimizar los riesgos del cambio climático global, es necesario emprender acciones específicas para adaptarse a los efectos del cambio climático, así como acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, recomienda la AEMA.