¿Cuántas emisiones de carbono produce el sector energético en Europa?
La producción energética es la actividad humana que peor impacto tiene para el medioambiente en Europa, en cuanto a emisiones de CO₂ se refiere. Aunque las emisiones de carbono de la Unión Europea están disminuyendo, sigue habiendo muchos obstáculos en el camino para alcanzar una neutralidad climática. Mientras tanto, al este, se planea construir doce plantas de carbón en el futuro próximo.
¿Cuántas emisiones de carbono produce el sector energético en Europa?
La producción energética es la actividad humana que peor impacto tiene para el medioambiente en Europa, en cuanto a emisiones de CO₂ se refiere. Aunque las emisiones de carbono de la Unión Europea están disminuyendo, sigue habiendo muchos obstáculos en el camino para alcanzar una neutralidad climática. Mientras tanto, al este, se planea construir doce plantas de carbón en el futuro próximo.
En los últimos años, la UE ha tomado una serie de medidas para disminuir las emisiones de CO₂ generadas por el ser humano, con el objetivo de combatir y reducir el impacto del cambio climático. Entre estas medidas podemos encontrar: nuevas restricciones más estrictas y destinar una cantidad masiva de recursos para acelerar la transición a una energía más limpia. En 2018, la UE declaró su voluntad de alcanzar la neutralidad climática, o lo que es lo mismo, lograr reducir sus emisiones de CO₂ a cero.
Las emisiones de CO₂ de Europa
Existen actividades humanas que tienen un mayor impacto en el medioambiente que otras. Según los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la producción de energía causa la mayoría de los daños relacionados con el dióxido de carbono en los Estados miembros de la UE. Desde 1990 y hasta 2018, el sector energético representó un cuarto de todas las emisiones de media, seguido de cerca por el sector industrial, el cual ha sido superado por el sector del transporte en los últimos años.
No todos los Estados miembros tienen las mismas fuentes de energía ni producen las mismas emisiones de carbono. Dividiendo los números por país, de nuevo utilizando los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, podemos ver que esta situación varía bastante.
La cantidad de emisiones producida por el sector de la energía es casi la mitad de todas las emisiones de Bulgaria (48 %), Polonia (47 %) y la República Checa (45 %). En Alemania, el país con el mayor porcentaje de emisiones de carbono en términos absolutos en Europa, el sector de la energía es responsable de al menos un 40 % de las emisiones totales. En algunos países, como en Francia, son otros los sectores responsables de la mayoría de las emisiones, mientras que el sector de la energía supone un poco menos del 10 %.
Durante los últimos treinta años, la mayoría de los países europeos han visto una caída en sus emisiones –esta caída ha sido especialmente dramática en las Repúblicas bálticas y Rumania. Otros países, como Irlanda y España, han mantenido unos niveles de emisiones comparables a los de los años 1990. Cabe señalar que un descenso de las emisiones en términos absolutos no es necesariamente bueno en sí mismo, dado que podría ser señal de un estancamiento o de un colapso de la economía.
El impacto de los combustibles fósiles
Las diferencias que se pueden observar entre países con respecto de sus emisiones de CO₂ están directamente relacionadas con las fuentes de energía que utilizan. Gracias a los datos de la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E) podemos realizar un análisis detallado de las fuentes utilizadas para producir energía en cada país.
Podemos observar que en Francia, un país donde el sector energético representa un porcentaje particularmente bajo de sus emisiones de CO₂, depende principalmente de energías renovables y de la energía nuclear. Los países que tienden a producir una mayor cantidad de CO₂ dependen mucho más de los combustibles fósiles.
Cuando comparamos el porcentaje de energía generado utilizando combustibles fósiles en cada país y la proporción de emisiones producidas por el sector energético con las emisiones totales, la correlación resulta evidente. Por ejemplo, en Estonia, el país de la Unión Europea que más depende de los combustibles fósiles, el sector energético produce exactamente un 70 % de las emisiones de CO₂.
Las naciones más dependientes de los combustibles fósiles para generar su propia energía también son las naciones que más contaminan en el proceso de producción energética. Esto es cierto tanto en términos relativos como absolutos, dado el tamaño de algunos de estos países: Alemania, Italia, Reino Unido y Polonia.
Centrales eléctricas en Europa
Gracias a los datos recolectados por la plataforma Open Power System Data, podemos observar cómo las centrales eléctricas convencionales, concretamente aquellas que se alimentan de combustibles fósiles, energía nuclear y energías renovables (hidroelectricidad y biogás)— se reparten por 15 Estados miembros de la UE.
Cuanto mayor sea la capacidad energética de una central, mayor serán las dimensiones en el mapa a continuación: con tan solo echar un vistazo se puede observar cómo las centrales eléctricas no renovables no solo generan mucha más electricidad, sino que también son la mayoría.
Desgraciadamente, estos datos no incluyen a los países de Europa del Este. Para tener una visión, al menos parcial, de la situación de los países, hay que recurrir a otras fuentes. Gracias al trabajo realizado por la campaña Europe Beyond Coal, donde se registran todas las plantas de carbón de Europa, sabemos que en países como Polonia y la República Checa existen numerosas plantas de carbón.
Además del número absoluto de centrales, los proyectos futuros también son motivo de preocupación: mientras que Alemania tiene previsto desmantelar un gran número de centrales de carbón en los próximos años, Polonia y la República Checa tienen previsto construir aún más. Lo mismo ocurre para Rumania. Fuera de la UE, incluyendo a los candidatos a Estado miembro, podemos observar una conducta similar. Durante los próximos años se construirán muchas plantas de carbón nuevas en los Balcanes, incluyendo cuatro en Serbia y once en Bosnia Herzegovina. En Turquía habrá 51 plantas nuevas.
¿Es demasiado ambicioso aspirar a reducir las emisiones por completo?
En muchos países europeos, el sector energético continuará teniendo un impacto considerable en las emisiones de CO₂ durante los próximos años y solo algunos de estos países están intentando abandonar los combustibles fósiles.
Para conseguir que las emisiones de carbono se reduzcan a cero en 2050, la Unión Europea ha establecido objetivos que deberán alcanzarse a medio camino. Los que se establecieron para 2020 se han alcanzado por los pelos. Sin embargo, según los pronósticos actuales, parece improbable que se puedan alcanzar los objetivos previstos para 2030 a tiempo.
Esto se debe a que estos objetivos y las políticas necesarias para alcanzarlos van en contra de la compleja red de intereses económicos y políticos que siguen subvencionando las energías no renovables, de los grupos industriales que explotan todas las lagunas legales para comprar el «derecho a contaminar» y de los bancos de inversión privados que siguen invirtiendo miles de millones de euros en la extracción y producción de combustibles fósiles.