A las ciudades europeas les gustan los pedales
El uso de bicicletas como uso de transporte habitual aumenta como consecuencia de la puesta en marcha de infraestructuras de alquiler y de la habilitación de vías de circulación.
A las ciudades europeas les gustan los pedales
El uso de bicicletas como uso de transporte habitual aumenta como consecuencia de la puesta en marcha de infraestructuras de alquiler y de la habilitación de vías de circulación.
El uso de la bicicleta se ha extendido durante los últimos años como medio de transporte habitual en el medio urbano, según los datos de la ECF (European Cyclist Federation), y muchas ciudades europeas están desarrollando infraestructuras que posibiliten que un mayor número de ciudadanos accedan a su uso, contribuyendo por tanto a la disminución de la contaminación ambiental, grave problema en muchas de ellas.
En este sentido destacan ciudades como Copenhague y Ámsterdam (con porcentajes del 35 y 32% de la población que utiliza la bicicleta como medio de transporte, respectivamente – modal share), o la capital eslovena, Liubliana, que ha cosechado diversos reconocimientos por su acción favorable a la accesibilidad y las inversiones realizadas en este sentido, con un 13% de su población que utiliza los pedales como medio de transporte prioritario a diario.
Sin embargo, según el Eurobarómetro sobre la calidad del transporte de 2014, son pocos los países europeos que tengan un alto porcentaje de población que utilice a diario la bicicleta como su medio de transporte habitual, destacando a la cabeza países como Holanda (con un 36% de su población que utiliza a diario la bicicleta) o Dinamarca (con el 22%):
Unos datos también confirmados por el Barómetro Ciclista de ECF , clasificación en la que se combinan los datos de cinco encuestas realizadas en los países de la UE. Unas encuestas basadas en el uso de la bicicleta (Eurobarómetro citado anteriormente), seguridad en el tráfico, turismo ciclista, el estado del mercado ciclista, y la importancia relativa de las organizaciones que promueven el uso de la bicicleta.
Así, para 2015 confirma igualmente que estos dos países, Dinamarca y Países Bajos, se sitúan al frente de Europa en uso de bicicleta, seguidos por Suecia, Finlandia, Alemania y Bélgica. Respecto a la clasificación anterior, publicada en 2013, Eslovenia salta varios puestos y se sitúa en el 7° lugar, superando a países como el Reino Unido y Francia. Luxemburgo también adelanta varios puestos, muy probablemente debido a una buena política de seguridad para los ciclistas en las vías de circulación y una buen ratio entre población y número de ciclistas. Algunos países han mantenido más o menos sus posiciones relativas, como Hungría, Austria, Eslovaquia y la República Checa, y de manera similar a 2013, los países del sur y el este de Europa todavía muestran muchas posibilidades de mejora. Una decepción en el barómetro de este año es el mal comportamiento de Irlanda, a pesar del desarrollo de las infraestructuras en Dublín.
Esta clasificación contrasta con el desarrollo de infraestructuras de alquiler de bicicletas como medio habitual de transporte urbano puesta en marcha por los municipios europeos, servicios gestionados tanto por empresas de participación pública como privada. A finales de 2016, había 524 programas de uso público de bicicletas en las ciudades del Viejo Continente. Según los datos publicados por The bike-sharing World Map , figuran a la cabeza países como Italia, Alemania y España, dentro de Europa. Alemania se sitúa en posiciones de cabeza según el Barómetro de la ECF, pero los dos países mediterráneos, que también están a la cabeza en ciudades que han puesto en marcha infraestructuras de alquiler de bicicletas, figuran en posiciones atrasadas en aquel barómetro.
Por otra parte, el índice Copenhagenize clasifica las ciudades del mundo con una mejor política de transporte ciclista y un mejor desarrollo de infraestructura. Este índice toma en cuenta 14 parámetros analizados para cada ciudad: la existencia de cultura de la bicicleta, las facilidades para su uso, las infraestructuras, la posibilidad de uso compartido, el género, el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano en relación a los demás y su evolución desde 2006, la percepción de la seguridad las políticas públicas, la aceptación social, la planificación urbana,la existencia de zonas de tráfico lento, el uso de la bicicleta como medio de transporte y logística, y la acción de las ONG y sociedad civil en el ámbito.
El índice publicado en 2017 sitúa a Copenhague como la ciudad del mundo con mejor calificación. Pero de las 19 restantes ciudades incluidas en esta clasificación, 17 más son ciudades europeas. Tras Copenhague se situarían Utrecht y Amsterdam (en los Países Bajos) y Estrasburgo (Francia). El grupo de las cinco primeras ciudades lo cierra la ciudad sueca de Malmö.